La canciller alemana, Ángela Merkel, ofrece un discurso con motivo de
las celebraciones del 500 aniversario de la Reforma Protestante en el
Ayuntamiento de Wittenberg, Alemania, hoy 31 de octubre de 2017.- (EFE/ Filip
Singer)
BERLÍN,
Alemania. (EFE).- Alemania celebra hoy con actos
religiosos e institucionales y una jornada de fiesta los 500 años de la
Reforma Protestante, acontecimiento que cambió el rostro de Europa y
que fue clave en el desarrollo de la identidad del país.
Los actos centrales
tuvieron lugar hoy en Wittenberg (este), primero con un
servicio religioso ecuménico y luego con una ceremonia en la que habló la
canciller alemana, Ángela Merkel.
Plaza de Wittenberg |
Las celebraciones
de hoy ponen fin al denominado “Año Lutero“, en homenaje al
reformador Martín Lutero, y que ha estado lleno de exposiciones y
conferencias.
En estos actos han
faltado posiciones críticas ante algunos aspectos del pensamiento de Lutero,
sobre todo en lo relativo a su antisemitismo que lo hace en cierta medida
antecesor de la época más negra de la historia alemana.
Sin embargo, lo que
ha primado es destacar la herencia positiva de la reforma que actualmente
asumen en buena parte católicos y protestantes y que ha marcado el rostro de
Alemania.
La ciudad de
Wittenberg es clave en la historia de la Reforma Protestante puesto que, según
una tradición, fue allí donde Lutero, el 31 de octubre de 1517, clavó a
martillazos sus 95 tesis, que cuestionaban abiertamente la venta de
indulgencias por parte de la Iglesia Católica.
“Si los hechos
históricos ocurrieron exactamente así es algo que no sabemos, lo que sí sabemos
es que con sus tesis Lutero echó a rodar algo que cambiaría el mundo“, dijo
Merkel en su discurso.
La tesis central
era que la salvación se obtenía a través de la fe y de la gracia, y no a través
de las obras, con lo que comprarle indulgencias a la Iglesia -para rebajar el
tiempo de permanencia en el purgatorio- era algo que no tenía sentido.
La venta de
indulgencias era para Lutero un factor de corrupción en el catolicismo y su
idea era devolver el cristianismo a sus orígenes, para lo que la única fuente
debían ser los textos bíblicos.
En 1521, cuando la
difusión de las tesis -gracias al reciente invento de la imprenta- ya era
enorme, Lutero fue citado por Carlos V a las cortes de Worms (oeste de
Alemania) donde se negó a retractarse.
Lutero se refugió
después en un castillo cerca de Eisenach (este del país), el Wartburg, uno de
los lugares más emblemáticos de Alemania, donde tradujo el Nuevo Testamento al
alemán.
La traducción del
nuevo testamento, y posteriormente de toda la biblia, tenía un objetivo
principalmente teológico pero tuvo efectos colaterales que fueron más allá de
lo meramente religioso.
El texto, en primer
lugar, fijó la norma del alemán moderno y fue clave para la unificación del
idioma.
Eso hace ya de por
sí de Lutero un personaje clave de la historia de Alemania, al margen de su
influencia religiosa, y lo ha convertido en una figura de identificación
nacional de la que en ocasiones se ha abusado.
Además, el deseo de
que todo cristiano leyese directamente la biblia llevó a que, en las zonas
donde el protestantismo se impuso, se diera un gran impulso a la educación.
Hoy católicos y
protestantes se ven como aliados, pese a que todavía persisten algunas
diferencias teológicas.
“Ha sido una
celebración ecuménica y me alegró que por primera vez en 500 años hayamos
tenido un aniversario que no es un distanciamiento frente a los católicos“,
dijo el presidente la Iglesia Evangélica, la organización protestante más
grande de Alemania, Heinrich Bedford-Strohn.- (Por Rodrigo Zuleta)
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